Los aparatos constituyen la avanzada de lo que será una de las flotas de combate aéreas más poderosas de América Latina. A los 10 aviones norteamericanos nuevos se sumarán otros 18 de segunda mano, pero actualizados, comprados el pasado año a Holanda.
Lagos, el presidente que más armas ha adquirido en la historia del país, estará acompañado mañana por el ministro de Defensa, Jaime Ravinet, y el jefe de la Fuerza Aérea (FACh), general Osvaldo Sarabia.
Los cazabombarderos fueron adquiridos por cerca de mil millones de dólares a la empresa estadounidense Loockhed Martin y reemplazarán a los antiguos Mirage Elkan que posee actualmente la FACH.
Las nuevas naves serán destinadas a la base aérea de Los Cóndores, en Iquique, mil 858 kilómetros al norte de Santiago, próximo a la frontera con Perú, y cuyas instalaciones fueron recientemente remozadas para acoger a los cazabombarderos.
Las millonarias compras de armas chilenas, que además de los 28 aviones F-16, incluyen cuatro fragatas, dos submarinos y un centenar de tanques Leopard II a Alemania, han sido seguidas con preocupación en los países vecinos.
En opinión de Ollanta Humala, líder nacionalista peruano, las adquisiciones rebasan con mucho las necesidades de reemplazo de material obsoleto, como afirman las autoridades chilenas, y rompen el equilibrio militar en la región.
Estos temores fueron confirmados por analistas militares locales, que atribuyen ese gasto a la necesidad de Chile de protegerse de vecinos pocos confiables, en evidente alusión a Perú y Bolivia, países con los que mantiene un histórico diferendo.
Chile arrebató a ambas naciones bastos territorios, incluyendo todo el litoral boliviano, durante la denominada Guerra del Pacífico, que envolvió a los tres países entre 1879 y 1884.
Fuentes oficiales indicaron que los ocho aviones restantes, de los 10 adquiridos en Estados Unidos, seguirán llegando en grupos de dos y cuatro durante lo que resta del 2006. Los F-16 holandeses comenzarán a llegar a Chile a partir del segundo semestre de este año.
Las compras de armas chilenas se han visto estimuladas por los millonarios ingresos que reciben las Fuerzas Armadas de la Ley Reservada de Cobre, que con los altos precios del metal rojo en el mercado internacional, han duplicado las asignaciones.
La polémica normativa traspasa automaticamente el 10 por ciento de las exportaciones totales -que este año sobrepasaron los 500 millones de dolares- sólo para la adquisición de armamentos, aparte del presupuesto oficial que recibe esa cartera.
Santiago de Chile, 31 de enero 2006
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