Los elogios al sistema político chileno dispensados por García durante su campaña electoral y promesas más recientes de iniciar una nueva etapa en las relaciones vecinales han entusiasmado a las autoridades y la clase política en Santiago.
La expectativa con Perú tiene lugar en momentos en que se enfrían los nexos con Argentina -con quien se pretendía desarrollar un relación estratégica-, mientras con Bolivia se mantiene el «diálogo de sordos» que ha caracterizado las negociaciones bilaterales en los últimos años.
Bachelet se hará presente en Lima no sólo con una nutrida comitiva gubernamental, sino también con los más altos dirigentes de todas las tendencias políticas del país, incluyendo los presidentes de las ultraconservadoras Unión Demócrata Independiente y Renovación Nacional.
Acompañarán a la gobernante los presidentes los partidos oficialistas, Sergio Bitar (PPD), Camilo Escalona (PS), José Antonio Gómez (PRSD), y un representante personal de jefa de la Democracia Cristina, la ex canciller Soledad Alvear.
Viajarán además los líderes del Senado y de la Cámara de Diputado, los presidentes de las Comisiones de Relaciones Exteriores de ambos cuerpos legislativos, así como los timoneles de las opositoras UDI, Hernán Larraín, y de RN, Carlos Larraín.
A ellos se unirán el diputado Jorge Burgos, en representación de la presidenta de la DC, Soledad Alvear, y el senador Ricardo Núñez (PS), que asistirá invitado por García, con quien mantiene amistad desde hace 20 años.
Ante el nuevo escenario regional conformado por líderes considerados radicales para el gusto de Santiago, como los presidentes Néstor Kirchner (Argentina), Evo Morales (Bolivia) y Hugo Chávez (Venezuela), la clase política chilena vio la elección de García como un alivio.
Chile espera que el nuevo gobierno deje atrás los conflictos generados durante la administración de saliente Alejandro Toledo, por las millonarias compras militares, las venta de armas a Ecuador, la elección de la OEA y la delimitación de nuevas frontera marítima.
Durante su campaña García dijo que no quería discutir, sino «competir» con Chile para tratar de igualar sus logros económicos y lo que consideró los éxitos de su sistema político.
Esta expectativa fue reconocida ayer por el canciller chileno Alejandro Foxley, quien aseguró que las relaciones con Perú están entrando en una nueva fase.
«El vino a Chile y estuvo en una reunión con la presidenta Bachelet, que fue extraordinariamente positiva. García, algo que no es habitual en un mandatario del Perú, dice que él quiere seguir el camino que ha marcado Chile», aseveró.
El canciller peruano designado, José Antonio García Belaunde, adelantó el pasado lunes a diferentes medios chilenos las intenciones del futuro gobierno de dejar atrás los conflictos con Chile e iniciar una nueva etapa en las relaciones vecinales.
Expresó su aspiración de firmar un acuerdo de libre comercio entre ambos países y atraer a Chile a la Comunidad Andina de Naciones (CAN) para llenar el vacío dejado por Venezuela e impulsar la integración con el Mercado Común del Sur (MERCOSUR).
Señaló incluso la posibilidad de impulsar un acuerdo comercial amplio entre los países latinoamericanos con costa al Pacífico, desde Chile en cono sur, hasta México en el norte, incluidos Ecuador, Colombia, Panamá y Costa Rica.
Santiago de Chile, 27 de julio 2006
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