En la antigua capital de Brasil, los ministros de Economía y Hacienda de los miembros plenos del Mercado Común del Sur (Mercosur) y sus estados asociados cerraron un encuentro que pretendía encaminarse hacia una coordinación de las políticas macroeconómicas en las naciones sudamericanas.
Este medio había destacado cuatro puntos centrales a abordarse por los responsables del área de Argentina, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela en su carácter de miembros plenos del Mercosur, y funcionarios equivalentes de Bolivia, Colombia, Chile, Ecuador y Perú, como miembros asociados: la eliminación del uso del dólar para las operaciones de comercio exterior dentro del bloque; la adopción de una posición común ante la próxima Asamblea del Fondo Monetario Internacional (FMI la creación de un banco regional para financiamiento de los estados, y avanzar en las ayudas de los países más grandes hacia los socios menores.
La primera medida es impulsada por Brasilia y Buenos Aires. En este campo se produjo el avance más importante. El ministro de Economía brasileño, Guido Mantega, y su par de Argentina, Felisa Miceli, acordaron crear un programa piloto para eliminar en 2007 el uso de la divisa estadounidense en las transacciones comerciales entre ambas naciones. La idea madre es disminuir costos y trámites en el comercio bilateral de los dos principales socios de la unión aduanera.
De la reunión del viernes, participaron los ministros mencionados, el jefe de Economía de Bolivia, Luis Alberto Arce Catacora; el de Paraguay, Ernst Bergen Schmidt; el de Uruguay, Danilo Astori, y el viceministro de esa cartera de Venezuela, Julio Viloria. La medida no es aceptada con demasiado énfasis por los demás socios, por lo que se esperan las respuestas definitivas para diciembre próximo, en la próxima Cumbre de presidentes del Mercosur, a realizarse en Brasil. Argentina y Brasil tienen un comercio bilateral que va a alcanzar este año los 16.000 millones de dólares.
El segundo tema en orden de importancia fue reiteradamente impulsado por Argentina, y es la adopción de una voz de queja común ante la próxima Asamblea del FMI en Singapur, el 19 y 20 del corriente. Los cinco países resolvieron proponer que el Fondo desarrolle «líneas [de crédito] contingentes de utilización automática», sin condiciones del organismo, según dijo la ministra de Economía argentina.
Según la Agencia Reuters, El Fondo «votará en Singapur reformas que establecen la reestructuración de su capital y de la participación de los países miembros. En una primera etapa de las reformas se permitiría a China, México, Corea del Sur y Turquía una mayor participación».
«Pero el problema es cómo se hace la reestructuración general a futuro con la nueva determinación de la participación de todos los países». Nuestra posición es que se debe respetar la actual participación de los países en desarrollo, en detrimento de participación de otros grupos», dijo la ministro Miceli.
Aunque va a haber posición común, debió haber sido más contundente, aunque aún resta saber qué se va a decir en esa ciudad-estado del sudeste de Asia. Recordemos que el anterior titular del Fondo, Michelle Camdessus, en igual ocasión de 1998, presentó al por entonces presidente de Argentina, Carlos Menem (1989-1999) como «el campeón de las reformas». Ese mismo año, el país ingresó en la depresión económica más aguda de toda su historia.
Sin una declaración demasiado contundente, los participantes afirmaron a través de un comunicado su determinación «en las mejorías necesarias para la mayor integración de las economías regionales y en las acciones conjuntas a favor del adecuado fomento de desarrollo sostenible en las respectivas economías». Pero no se avanzó en la instrumentación de los Fondos de Convergencia Estructural del Mercosur (Foces), que cuenta con 100 millones de dólares aportados principalmente por Brasil y Argentina en ése orden- y que van a ser adjudicados a Paraguay y Uruguay en ése orden- para realizar inversiones en infraestructura física y social, aunque en la reunión del viernes no se definieron exactamente los proyectos que serán financiados con ese monto.
Los ministros también concordaron en la necesidad de avanzar con los mecanismos de coordinación de políticas macroeconómicas en el bloque de los cinco, aunque esta declamación es conocida hace años, y en tanto no se pongan plazos y objetivos no va a superar el acto reclamativo.
La propuesta argentino-venezolana de crear un Banco de fomento del Mercosur no pasó a mayores. Resulta que tanto el presidente venezolano Hugo Chávez como su par argentino Néstor Kirchner son los impulsores principales de la medida, pero la diplomacia de Itamarati no ve con buenos ojos la creación de un nuevo instituto; de hecho, consideran que ese propósito lo cumple en la Corporación Andina de Fomento (CAF). El Banco del Sur va a tener que esperar algún tiempo.
Un punto que también se trató, y sobre el cual no se produjeron declaraciones álgidas porque todavía no es mucho lo que se ha avanzado, es la intención de Uruguay de alcanzar algún tipo de acuerdo comercial con Estados Unidos. Montevideo volvió a reclamar un «perdón» a sus socios para negociar en forma bilateral tratados bilaterales con Estados Unidos, India y ahora, también China. La respuesta, por ahora, de los negociadores argentinos y brasileños fue dejar la puerta entreabierta a esta demanda. Pero la aclaración vino de inmediato: Uruguay puede acordar todo lo que quiera mientras no altere el Mercosur. Es decir, el gobierno de Tabaré Vázquez no puede celebrar un acuerdo de libre comercio con Washington porque esto está prohibido por el Tratado de Asunción, piedra fundamental del bloque sudamericano.
Al respecto, las respuestas tanto de Argentina como de Brasilia fueron coincidentes. «En la medida en que Uruguay nos presente qué flexibilizaciones demanda las iremos a analizar. Si son de naturaleza comercial, esto es, se trata de ampliar comercio, seguramente vamos a poder avanzar», sostuvo la ministro Miceli, mientras que el brasileño Mántega afirmó que «queremos hacer un esfuerzo de entendimiento y no nos vamos a oponer en la medida en que eso no represente corroer la bases del Mercosur».
Así concluyó la reunión de ministros de Hacienda u Economía del Mercosur. Con algunas propuestas interesantes, con un avance concreto en la relación entre Brasilia y Buenos Aires, pero sin haber despejado el principal foco de peligro para la existencia misma del bloque: las ansias de dejarse estrechar por los brazos de la Casa Blanca por parte de los socios menores del bloque.
Por:Pablo Ramos (APM)
pabloramos@prensamercosur.com.ar
Santiago de Chile, 5 de septiembre 2006
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