Con ligeras desviaciones sobre las preferencias electorales, la agrupación liderada por Guennadi Ziuganov se mantiene desde septiembre entre las tres favoritas para ingresar en la Duma del quinto período legislativo.
Para Ziuganov, el Partido Comunista (PCFR) está en condiciones de obtener un buen registro de votos en el sufragio del 2 de diciembre por el hecho de que «según él- en el país crecen los partidarios hacia un giro izquierdista».
Los cálculos parten de los resultados de las pasadas elecciones regionales, en las que el PCFR obtuvo entre un 20 y 22 por ciento como promedio federal. Ahora auguran hasta más de un 30 por ciento.
Las últimas encuestas otorgan al Partido Comunista un segundo puesto, que oscila de 10 por ciento (según el Fondo de Opinión Social) hasta un virtual 14 por ciento, acorde con un estudio del centro independiente Leveda.
El secretario de tecnologías informativas del PCFR, Oleg Kulikov, calificó los sondeos como herramienta de manipulación oficialista y de elemento proselitista de Rusia Unida para reducir al doble el alcance de los comunistas.
Kulikov dijo que han violado las normas de la campaña y por otra parte, destruido los fundamentos de la sociología como instrumento. «Ninguno de los estudios difundidos se acerca a nuestra posición real», apostilló.
El director del Instituto Internacional de Investigación Política, Yevgueni Minchenko, opinó a la sazón que el PCFR, como única fuerza opositora con garantía de ingresar a la Duma, puede obtener un 20 por ciento de respaldo en las urnas.
A diferencia de una serie de formaciones, la organización liderada por Ziuganov no constituye un ente virtual o decorativo, sino una fuerza real dentro del tablero político nacional.
Un caudal electoral de hasta un 25 por ciento de la población rusa con derecho al sufragio habla por sí solo.
Para muchos, la lid de 2007, «contra viento y marea», pasa por un verdadero examen de ratificación de las posiciones líderes del PCFR, tomando como referente a las anteriores consultas parlamentarias.
En las justas de diciembre de 1995, de entre 43 agrupaciones y cuatro finalistas, los comunistas aseguraron la victoria con un 22,3 por ciento y 157 diputados.
Cuatro años después (1999), el PCFR resultó vencedor dentro de un sexteto que sobrepasó la barrera de votos, con 24,29 por ciento, equivalente a 113 puestos en la Duma del tercer período legislativo.
Hoy es la segunda fracción más numerosa dentro del parlamento, tras obtener un 12,61 por ciento de apoyo en las consultas de 2003 y 52 escaños.
Siete pasos para un futuro digno
Tan sólida como su lista de candidatos federales con dos ex aspirantes presidenciales (Ziuganov y Nikolai Jaritonov), además del premio Nobel de Física Zhores Alfiorov, el programa electoral del PCFR sustenta los «siete pasos de un futuro digno» en tres pilares fundamentales: la justicia, igualdad y el poder en manos del pueblo.
La segunda fuerza política propone una revolución en el sistema de dirección del gobierno, «efectiva, capaz de adoptar decisiones y responder por ellas», al decir de su líder.
Es necesario, según reza el documento aprobado en septiembre pasado, que el Estado asuma el control sobre las esferas estratégicas de la economía y de las riquezas naturales del país. Esto último, con vistas a un anhelado «equilibro» entre ingresos y gastos de los más pobres y los ricos.
Se concibe el uso del Fondo de Estabilización en interés del crecimiento económico y la protección social de la ciudadanía.
No es posible, sentenció Ziuganov, que el impuesto a la renta de 13 por ciento lo paguen por igual un maestro pobre y un oligarca.
Respecto a la reforma constitucional, el PCFR puso en la mira las impopulares leyes de monetarización de beneficios sociales y los Códigos de la Tierra, la Vivienda, Agua y Forestal.
Los comunistas rusos abogan asimismo por un respaldo estatal a las ciencias (en la perspectiva de un ocho por ciento del Presupuesto federal), al complejo agro-industrial, transporte e infraestructuras.
Otro paso está encaminado a garantizar educación y salud gratuitas a todos los rusos, y en correspondencia, a eliminar la privatización de instituciones educacionales y médicas.
Una parte del programa se aboca a la defensa de los valores éticos, estéticos, a la tradición de la cultura rusa y soviética y a la memoria histórica.
El partido de Ziuganov convoca, por último, a un referendo popular para cambiar la Constitución en pos de una transición «del poder real a los trabajadores», reza el programa electoral.
«Los comunistas proponemos un curso distinto al oficial: el curso en servicio del pueblo, respeto a la historia y una inserción de recursos en el capital humano y el desarrollo del país», dijo Ziuganov.
Nuestros oponentes, subrayó, hablan sobre el socialismo y del papel aglutinador del pueblo ruso, pero sólo los comunistas plantean el problema en un sistema: la conjugación de la batalla por la emancipación con la lucha por el socialismo, sentenció.
Otra también es la visión del PCFR sobre la estrategia externa para fortalecer las posiciones de Rusia en el concierto mundial actual y sus relaciones con Occidente.
La autora es Corresponsal Jefa de Prensa Latina en Rusia.
Moscú, 30 de noviembre 2007
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