Las órdenes que llevaron a militares norteamericanos a torturar presos en el Medio Oriente habrían partido del despacho de Cheney, según acusaciones del coronel Lawrence Wilkerson, jefe de gabinete del ex secretario de Estado Colin Powell.
Wilkerson anunció ante reporteros que había hallado rastros de una serie de directivas de colaboradores del Vicepresidente donde se consentía la tortura. Tales recomendaciones fueron dirigidas al Departamento de Defensa, apuntó.
Es conocido que estas orientaciones contradicen una disposición del presidente George W. Bush, de 2002, cuando dictaminó que el ejército estadounidense debía respetar la Convención de Ginebra en relación con los abusos contra reclusos.
Lawrence Wilkerson acotó que las directivas fueron redactadas en términos prudentes, pero daban libertad de acción a los comandantes en los escenarios bélicos de Iraq y Afganistán.
También el diario The Washington Post comentó recientemente que Cheney había intercedido en el Congreso para que la Agencia Central de Inteligencia (CIA) fuera liberada de respetar una ley antitortura.
El senador demócrata Edward Kennedy apoyó enmiendas parlamentarias en contra del martirio de prisioneros, y recordó que el escándalo por los abusos en la prisión iraquí de Abu Ghraib se debió precisamente a la ausencia de una guía legal en el Ejército.
Fotos que mostraban a un iraquí con electrodos atados al torso, hombres desnudos simulando actos sexuales, y el cadáver de la víctima de una paliza, desencadenaron este año una serie de condenas internacionales que indujeron los debates en el Senado.
Los informes sobre las arbitrariedades son demasiado numerosos como para ignorarlos, expresó Kennedy, al comentar las imágenes que suscitaron la ira de la comunidad mundial, particularmente en árabes y musulmanes.
Según explicó el director de la CIA, Porter Goss, los métodos de interrogatorio de la Agencia son «únicos», pero entre ellos no figura ningún tipo de suplicio contra seres humanos.
En una entrevista citada por el diario USA Today, Goss repitió la justificación de la administración Bush y el argumento de la polémica lucha antiterrorista, pero no reveló indicios sobre las «técnicas» empleadas por la CIA para extraer información.
Utilizamos tácticas legales para recabar datos vitales y lo hacemos con una variedad de modos originales, todos lícitos, afirmó el jefe de los espías estadounidenses.
El portavoz de la Casa Blanca, Scott McClellan, acentuó que normas ya vigentes en Estados Unidos prohíben el maltrato a prisioneros bajo custodia. Cualquier cambio limitaría la capacidad del Presidente como jefe del Ejército, subrayó.
Washington, 30 noviembre 2005
Prensa Latina , 0, 101, 2