Tras una reunión con la presidenta Michelle Bachelet, el canciller Alejandro Foxley afirmó que la política exterior, por tradición, la define exclusivamente el Ejecutivo y el Ministerio del ramo es el que la aplica.
Foxley indicó que el viaje de los senadores Nelson Avila y Alejandro Navarro, y los diputados Marco Enríquez-Ominami, Alejandro Sule y René Alinco fue «estrictamente a título personal» y sus declaraciones no representan la opinión del gobierno ni de los partidos oficialistas.
Estos firmaron al término de su visita la «Declaración de La Paz», donde se considera -entre otras medidas- una propuesta para impulsar cambios en los libros escolares de historia sobre la Guerra del Pacífico (1879-1884), donde Chile arrebató a Bolivia todo su litoral.
La iniciativa, que busca modificar «los términos que separan a ambos países» y fortalecer «aquellos que los unen», llama también «a buscar fórmulas creativas, en el marco de la diplomacia de los pueblos, para lograr la solución urgente de los temas pendientes».
Los legisladores bolivianos señalaron que esta materia es un asunto «fundamental entre ambas naciones», en tanto los chilenos manifestaron que se debe trabajar en una fórmula «que haga posible la solución definitiva de este tema pendiente en la agenda bilateral».
El viaje provocó una fuerte reacción de sectores ultraconservadores de la oposición que acusaron a los parlamentarios de traicionar los intereses estratégicos del país y demandaron del gobierno y de los líderes del oficialismo un pronunciamiento crítico.
En sus declaraciones, Foxley señaló que las relaciones con Bolivia «son muy importantes» y dijo que «con el canciller (David) Choquehuanca hemos acordado un camino distinto al que intentan marcar este grupo de parlamentarios».
Indicó que la vía es de «un diálogo amplio, sin exclusiones, paso a paso, para ir avanzando en temas que nos permitan resolver una visión de futuro en conjunto».
El jefe de la diplomacia chilena estimó que «hay que tener cuidado con la forma cómo se ejerce el derecho que todo parlamentario tiene de viajar donde quiera y decir lo que quiera» y para no poner en entredicho «el interés nacional».
El viaje de los parlamentarios de la denominada ala progresista de la Concertación, donde estaban representados todos los partidos que integran la coalición de gobierno, tuvo como misión analizar, entre otros puntos, la demanda altiplánica de una salida al mar.
Durante su visita, por invitación de sus contrapartes bolivianos, fueron recibidos por el vicepresidente Alvaro García Linera, pues el mandatario Evo Morales se reunía a la misma hora con una delegación argentina.
Mientras tanto, el Partido Comunista de Chile valoró como muy positivo el gesto realizado por los parlamentarios, «dirigido a crear vías de entendimiento con el vecino país».
En una declaración de su Comisión de Relaciones Internacionales, el PC resaltó que los legisladores contribuyeron con su visita a la creación de vínculos para superar los históricos problemas entre ambos países y mostrar su voluntad de dar solución a la mediterraneidad.
Asimismo, rechazó «la actitud chauvinista de la derecha que, con dichos seudo nacionalistas, ha intentado entorpecer las relaciones diplomáticas que nuestro país y Bolivia intentan y deben retomar».
«Consideramos que el viaje de parlamentarios chilenos a Bolivia es un importante gesto de latinoamericanismo e integración, además de ser un paso que debe ser profundizado por el Gobierno chileno y otros parlamentarios», concluyó.
Santiago de Chile, 14 de junio 2006
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