Con la autonomía e independencia que tiene siempre un Presidente, me tomaré toda la libertad que corresponda para nombrar a quienes crea son las mejores y los mejores, afirmó Bachelet, en una clara señal a la clase política de que no se dejará manipular.
La médico socialista ya había advertido desde el inicio de su campaña por La Moneda que en su gobierno «nadie se repetirá el plato», en alusión a una de las principales críticas que hacen en Chile a los gobiernos de la Concertación de que «siempre son los mismos».
La semana pasada, sin embargo, en una entrevista al diario La Segunda unos días antes de las elecciones «suavizó» su posición y dijo se refería a que ningún ministro de la actual administración se repetiría en el cargo.
En un encuentro ayer con corresponsales extranjeros la presidenta electa trató de desechar cualquier duda en cuanto al liderazgo que pretende ejercer, sobre todo a partir de la holgada victoria lograda el domingo en las urnas.
Dijo que intentará evitar lo más que pueda los cuoteos de los principales puestos de su gobierno con los timoneles de los partidos oficialistas, que ayer vieron con inquietud la ausencia de señales de la nueva Presidenta respecto de plazos, lineamientos y nombres.
Bachelet comenzó su primera jornada como Mandataria electa advirtiendo a los partidos de la Concertación que decidirá «con autonomía e independencia» los nombres de quienes integrarán su equipo de gobierno y el plazo en que lo hará.
«Voy a saber escuchar, pero tomaré las decisiones que correspondan porque es a mí a quien ha elegido la ciudadanía», dijo.
La única característica del gabinete que fijó ayer Bachelet fue el de la estricta paridad entre hombres y mujeres, que ya había adelantado en su discurso de triunfo el domingo por la noche y también en su campaña.
Miembros de su entorno resaltaron el lunes que la nueva Presidenta hará honor a sus promesas de imponer un «sello ciudadano» a su administración y un «nuevo estilo de hacer política», y esa será precisamente «la marca de garantía» para su primer gabinete.
Aunque dicen tratará de guardar un celoso equilibrio entre las fuerzas políticas que integran el oficialismo y admiten la necesidad de contar con dirigentes experimentados, en su equipo habrá paridad -que no han tenido otros gobiernos- y más «caras nuevas».
La distancia de los partidos se vio reflejada con claridad ayer cuando Bachelet se reunió con las mesas directivas (Socialista, Democracia Cristiana, Partido por la Democracia y Radical Social Demócrata): el encuentro fue muy formal y duró apenas 10 minutos.
La inquietud que reina ahora en el oficialismo -se afirma- también está ligada al resultado de la segunda vuelta. Los partidos esperaban un triunfo más estrecho, y se preparaban para cobrar un precio por el trabajo desplegado en el balotaje, que en sus análisis fue decisivo.
En este escenario, todos los ojos están puestos ahora en la ubicación que tendrían el senador Andrés Zaldívar y el ex ministro Sergio Bitar, quienes jugaron un papel clave en el comando político durante la segunda parte de la campaña electoral (segunda vuelta).
Ambos están muy ligados a «la vieja guardia» de la Concertación y ya han comenzado a circular rumores que el primero aspira a obtener el Ministerio del Interior, puesto clave en el gobierno (actúa como jefe de gabinete y vice presidente), mientras el segundo la Cancillería.
Santiago de Chile, 17 de enero 2006
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