Para Villegas el fallecimiento de Pinochet finaliza solo procesos que implicaban su responsabilidad directa y personal, pero que en Chile aún prosiguen muchos casos abiertos, e incluso, algunos transcienden las fronteras del país.
Todo el proceso de lucha contra la violación de los derechos humanos continúa, acotó, tras expresar que no hay razón para celebrar la muerte del ex dictador.
Villegas señaló que quienes durante años fueron solidarios con el pueblo chileno en contra de la dictadura chilena y repudiaron sus crímenes, no pueden estar contentos con que ese señor se haya ido sin pagar las deudas a la sociedad.
Su impacto negativo dejado en el mundo deberá ser una lección para las nuevas generaciones y nunca deberán permitir que una persona como ésa asuma la conducción de una nación, enfatizó.
Al momento de morir, Pinochet estaba procesado como responsable de secuestros, desapariciones, homicidios y torturas, en al menos tres casos por violaciones a los derechos humanos, además de uno de fraude al fisco y uso de pasaportes falsos.
Esto último en relación con numerosas cuentas secretas a su nombre en el Riggs Bank de Estados Unidos y otros bancos del exterior, en las que acumuló una fortuna calculada hasta el momento en 26 millones de dólares.
Caracas, 12 de diciembre 2006
Prensa Latina , 0, 57, 4