Un panel integrado por cinco relatores de la Comisión de la ONU, con sede en Ginebra, a cargo de estos asuntos exigió la víspera al gobierno estadounidense el cierre de esa instalación militar, sin demora alguna, por tratarse efectivamente de un campo de torturas.
El secretario general de la ONU, Kofi Annan, ha expresado al respecto ante la prensa que «más tarde o temprano será necesario clausurar la base de Guantánamo»
«Creo con toda esperanza que el gobierno (de Estados Unidos) decida hacerlo lo más pronto posible», añadió Annan.
Hasta el momento, la administración del presidente George W. Bush ha asumido una posición defensiva, al insitir en rechazar las denuncias de torturas y maltratos en esa instalción militar con el argumento de que son el resultado de «rumores y conjeturas».
A juicio de diplomáticos en esta sede, la publicación de las conclusiones a la que llegaron esos cinco relatores de la Comisión de Derechos Humanos en sus 18 meses de investigación ocurre en el momento menos conveniente para Washington.
Desde comienzo de este año, la misión estadounidense ante la ONU ha insistido en que todo Estado deberá tener «un claro expediente en la promoción y defensa de los derechos humanos» para ingresar en un nuevo Consejo supuesto a sustituir la Comision en Ginebra.
De acuerdo con especialistas, en la Carta constituyente de la ONU y en ninguna de las reglamentaciones vigentes está prevista la aplicación de criterior excluyentes para el ingreso en cualquiera de los organismos de este magno foro mundial.
Pero Washington ha insistido en recurrir a esos criterios como vía para manipular el ingreso a ese nuevo mecanismo de la ONU de 45 asientos conforme a sus intereses políticos, según voceros diplomaticos de países subdesarrollados.
Las negociaciones para alcanzar un consenso sobre la creación del Consejo se mantienen aún estancadas en este punto, así como en determinar si la elección de sus miembros debe ser respaldada por una mayoría de dos tercios o por mayoría simple.
Sin embargo, lo que atrae la atención de funcionarios diplomáticos participantes en esas negociaciones es precisar hasta que punto las denuncias de violación de derechos humanos en el campo militar de Guantánamo ha lesionado la posición de Washington.
Esas mismas fuentes han indicado que después de esas denuncias y la difusión de nuevas pruebas gráficas de torturas y maltratos en la carcel iraquí de Abu Gharib el discurso estadounidense sobre derechos humanos podría carecer de credibilidad.
Por:Tomás A. Granados desde Naciones Unidas.
Santiago de Chile, 17 de febrero 2006
Crónica Digital/PL
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