La cancillería acusó al diplomático de inmiscuirse en los asuntos internos del país al comparar la posición crítica de la Democracia Cristiana (DC) contra el presidente Hugo Chávez con la asumida durante el gobierno de Salvador Allende.
La declaración afirmó que Delgado se apartó de «toda práctica diplomática» para inmiscuirse en asuntos internos del país del cual actualmente se encuentra acreditado», lo que para la cancillería es «inaceptable».
A través de un comunicado firmado por varios militantes, -entre los que se cuentan el senador Alejandro Navarro y el diputado Marco Enríquez-Ominami-, el PS afirmó que «la declaración de nuestra Cancillería, nos parece desproporcionada».
El texto indica el deseo de que se «actuara con la misma coherencia y severidad frente a las declaraciones» del embajador estadounidense quién «se ha inmiscuido en los asuntos de política interna sin recibir por ello rechazo oficial alguno».
Los firmantes insistieron en que la soberanía nacional «debe ser siempre resguardada con ecuanimidad y firmeza», pero de todas partes por igual -en referencia a las intromisiones norteamericanas- «si se quiere ser respetado en el concierto internacional».
El diplomático venezolano comparó el jueves el activo rechazo de la Democracia Cristiana a la candidatura de Caracas al Consejo de Seguridad de la ONU con lo que fue la actuación de ese partido en el gobierno de Salvador Allende (1970-1973).
Recordó que cuando el frustrado golpe militar de abril de 2002 contra el presidente Chávez, la cancillería chilena -a cargo entonces de la actual presidenta de la DC, Soledad Alvear-, se adelantó a Estados Unidos en apoyarlo.
El traspié diplomático obligó al gobierno del entonces presidente Ricardo Lagos, fuerte aliado de Washington, a sustituir a su embajador en Caracas, no así a su encargada de política exterior, quien lidera actualmente en Chile la campaña contra Venezuela.
La agrupación recuerda este episodio y afirma que «Chile tiene una deuda democrática con Venezuela: en razón del ambiguo e inaceptable respaldo al golpe militar de abril de 2002 perpetrado en contra del gobierno democrático y legítimo del Presidente Hugo Chávez».
Respecto al papel de la DC en la polémica, la declaración afirma que si bien ambos partidos forman parte de la misma coalición, «no se tergiversa la historia cuando se reconoce que durante el gobierno de la Unidad Popular estuvimos en bandos opuestos».
«Hay que extraer las lecciones de la historia asumiendo nuestras trayectorias y mutuas responsabilidades. Sólo así es posible construir el futuro como lo ha señalado la Presidenta Michelle Bachelet», señala la declaración, similar a la del Partido Comunista.
El comunicado sostiene por último que el PS tiene una «valoración política positiva del gobierno del Presidente Hugo Chávez» por lo que se busca profundizar el diálogo y la cooperación con los partidos políticos y fuerzas bolivarianas que lo respaldan.
Por parte el Partido Comunista, señaló tambiñen por una declaración pública que» Lo cierto es que nada de lo dicho por el embajador Delgado se aparta de la verdad. Es efectivo que el Gobierno de Ricardo Lagos y su canciller entonces, Soledad Alvear, respaldaron inicialmente el intento de golpe de estado contra el Presidente Chávez en Abril de 2002. Lo propio hicieron entonces políticos de derecha y la Concertación».
El traspié fue de tal envergadura que obligó al Gobierno a la remoción del embajador de nuestro país en Caracas. Es cierto también que la Organización Demócrata Cristiana de América (ODCA) ha respaldado, a instancias de su partido miembro, el COPEI, las acciones desestabilizadoras que impulsa el Gobierno de Bush contra el Presidente Chávez.
Por otra parte, afirmó el PC, que todo el país es testigo de la oleada de declaraciones violentas, difamatorias y hasta soeces de políticos de la derecha y de sectores de la Concertación contra Venezuela y su Presidente Hugo Chávez, orientadas a forzar a la Presidenta Bachelet a negar el apoyo a ese país para acceder, en calidad de miembro no permanente, al Consejo de Seguridad de Naciones Unidas por un período de dos años.
«Los infundios han llegado al extremo de afirmar, por ejemplo, que el Gobierno venezolano financiaría las actividades de nuestro Partido en Chile», señaló la nota.
Ese comportamiento agresivo y descalificador, sostienen los comunistas, está en plena consonancia con las presiones del Gobierno de Bush para bloquear la presencia en el Consejo de Seguridad de una representación latinoamericana que actúe con independencia de las políticas imperiales. En las mismas horas en que Van Klaveren leía la declaración en Chile, Condoleeza Rice hacía presente a la Presidenta la oposición norteamericana a la candidatura de Venezuela.
Nuestra convicción es que el interés de nuestro país se defiende realmente fortaleciendo los lazos de amistad y colaboración con los países de nuestro entorno latinoamericano y evitando políticas confrontacionales que, con extrema miopía, promueven algunos sectores en nuestro país, finalizó el comunicado del PC.
En su nota diplomática del jueves, la cancillería pidió virtualmente el retiro del embajador al afirmar que el gobierno chileno espera que las autoridades venezolanas adopten «las medidas necesarias» para no afectar la amistad y cooperación bilateral.
La cuestión de las relaciones con Venezuela y el voto a su aspiración de integrar el Consejo de Seguridad de la ONU divide a la coalición gobernante ante la férrea oposición de la DC, aliada histórica de Estados Unidos.
El gobierno venezolano, que jugó un rol decisivo para en la elección del chileno José Miguel Insulza a la secretaría general de la OEA en 2005, cuenta con el respaldo decidido del Mercado Común del Sur (MERCOSUR), bloque al que está asociado Chile.
Santiago de Chile, 23 de septiembre 2006
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